La exposición El Enigma de la mirada, comisariada por José A. Aristizábal,se articula a partir de una tesis: el arte del retrato, por el hecho de representar al ser humano, transmite, más allá de las expectativas de su tiempo, una experiencia de naturaleza profunda que se condensa en la mirada. En este sentido, hemos buscado dar cabida a retratos que indagan en la representación con un significado existencial, psicológico. Generalmente, esos matices los encontramos en retratos frontales, serios y misteriosos. Pero también puede suceder que por su atmósfera se vean envueltos en un mundo onírico. Desde la quietud, denotan un cierto ensimismamiento o cierta confrontación. Es el retrato de alguien a quien no terminamos de entender; dicho de otro modo, es la necesidad del artista de pintar o esculpir a un ser sin situación, que atraviesa los estamentos de la carne.
Observar esos retratos provoca una fugaz alteración del sentido, y quien lo hace se siente interpelado. Parece que sepan algo de nosotros que ignoramos, o bien que busquen algo sobre sí mismos que nos provoca la intriga de saber. Entonces, intentamos descubrir en su actitud de tensa calma una idea importante, ontológica. Esta idea del retrato, que traducimos como el enigma de la mirada, y que se extiende como hilo narrativo de esta muestra, prescinde por completo de los procedimientos de identificación social, económica o emocional. Muy al contrario, deja ver cómo a través del tiempo persiste un tipo de retrato que se define por su ambigüedad, por entrar en terrenos movedizos y no tanto en lugares de control y legitimación, aunque algunos hayan sido creados en estos últimos. De la amplia y variada colección que compone el fondo de la galería Artur Ramon Art, las obras escogidas abarcan cronológicamente más de cuatrocientos años —desde el siglo xvii hasta la contemporaneidad—, así como diversas técnicas: pintura, dibujo, escultura y fotografía.
Video de la visita guiada con José A. Aristizábal, comisario de la muestra