Antoni Clavé

Antoni Clavé se formó artísticamente en Barcelona, en la Escuela de Bellas Artes con Angel Ferrant y Josep Mongrell; conoció a Grau Sala y Eudald Serra. Comenzó su carrera artística como dibujante en revistas infantiles y realizó algunos carteles cinematográficos para la Metro Goldwin-Mayer y algunos publicitarios, donde utilizó nuevos materiales experimentales para el arte de vanguardia: collages de materias diversas, cuerdas, tejidos estampados, cartón ondulado, etc. Después de su participación en la guerra civil en el bando republicano se exilió a Francia; lo internan en Prats de Molló y después en campo de Haras (Perpiñan). Más tarde es liberado junto a Pedro Flores. Expuso los dibujos realizados en el campo de concentración, en su primera exposición individual (Perpiñan, 1939). Llegó a París en abril de 1939. El año siguiente presentó una exposición en Au sans pareil (1939) y se instala en el 45 rue Boissonade. Empieza una serie de "Imatges de París, Festes barcelonines", con las que consigue la confianza del mundo editorial. Recibe encargos para ilustrar libros de bibliófilo. El impacto de las pinturas de Vuillard y Bonnard en su pintura deriva hacia una etapa intimista. Expone en la Galerie Castelucho (1942) junto con Grau Sala, Martí Bas y Bosch, y también en la Exposición National de Beaux Arts, en la Galerie Henry Joly (1944), Galerie Delpierre (1946), etc. Conoce a Picasso. Su obra se orienta hacia las naturalezas muertas y hacia un paisajismo urbano cercano a la abstracción. Ya en la década de los cuarenta era un pintor de fama reconocido más allá de su país de origen y su tierra de adopción. Clavé, por influencia de Picasso, empieza a descomponer la imagen acercándose a la abstracción, al tiempo que manifiesta un creciente interés por los materiales, que caracterizarán su obra posterior. En 1955 se instala en Provenza. En 1956 y 1958 realiza sus series de "Reyes y Guerreros". Esos años son de experimentación, realizando esculturas con ensamblaje de objetos. Emplea collages de objetos. Emplea collages, pinta sobre tapices cuyo relieve aprovecha. Con las texturas busca Clavé una especial expresividad para su pintura. Interesado por el grabado, logra unas calidades inusitadas en todas las técnicas. Clavé ha obtenido el Premio Hallmark de Nueva York (1948), el Premio David Bright de la Bienal de Venecia de 1954 y el Premio de la Bienal Internacional de Tokio en 1957. Fue galardonado también con el Premio Unesco de Grabado de 1956, y un año más tarde, con el Premio Matarasso de la Bienal de Sâo Paulo, entre otros. En 1984 fue seleccionado como único artista español en la Bienal de Venecia. Esta considerado como uno de los pintores españoles actuales de más transcendencia. Junto con Tapies, Clavé es ya un clásico del arte español de vanguardia, un nombre que se impone indiscutiblemente a su tiempo: la celebridad en vida, como tuvo Picasso, que sólo alcanza a los más grandes maestros.