Josep Tapiró

Reus 1836 - Tànger, Marroc 1913

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Biografia

Josep Tapiró i Baró es considerado uno de los artistas catalanes más importantes del siglo XIX. Sus obras fueron muy valoradas por su factura impecable y por una extraordinaria verosimilitud de las imágenes. A parte de sus cualidades técnicas, Tapiró fue el primer pintor peninsular que se instaló en la ciudad de Tánger de forma permanente junto a su amigo Marià Fortuny. Durante esos años estudió de forma casi científica la sociedad marroquí, que estaba cerca de transformarse profundamente debido a la presión expansionista europea. Nacido en Reus de una familia de clase media, des de bien pequeño manifestó una vocación innata por el dibujo. Fue alumno del pintor Domènec Soberano, y en su taller conoció a Fortuny, dos años más joven, con quien iniciaría una gran amistad. En 1853 se trasladó a Barcelona para estudiar en la escuela de la Llotja. En 1858 viaja a la capital, donde asistió a la academia particular de Federico de Madrazo, quien tuvo una gran influencia en el joven pintor catalán. Un momento crucial en su trayectoria artística fue cuando en 1862, ayudado por su amigo Fortuny, emprendió el primer viaje a Roma. Allí estudió a los grandes maestros del pasado. Tapiró se integró en el grupo de pintores peninsulares que residían en la ciudad eterna y que se reunían en el café Greco. Siguiendo los pasos de este grupo, asistió regularmente a las clases nocturnas de la Academia Chigi di via Margutta. Desde un principio se especializó en la disciplina de la acuarela que aplicó en los dibujos de escenas costumbristas romanas. Las primeras obras de esta época son representaciones de personajes y escenas de la vida cotidiana de Roma. Su primera estada en Marruecos tuvo lugar en el mes de octubre de 1871. Acompañado de sus amigos Fortuny y Ferrándiz cruzaron el estrecho de Gibraltar para visitar la ciudad de Tánger, en un viaje que ya habían realizado previamente otros artistas europeos. La ciudad magrebí estaba empezando un proceso de transformación para acabarse convirtiendo en una ciudad cosmopolita y multicultural. Los pintores españoles captaron a la perfección este proceso a través de un estudio minucioso de la cultura y las costumbres. Finalmente, en 1872 volvió a Roma antes de mudarse definitivamente a Tánger. Allí el artista presentó con mucho éxito sus primeras obras orientalistas. Acababa de volver de Marruecos y estaba fascinado por lo que había contemplado en la ciudad marroquí. El tema de los músicos ambulantes fue muy frecuente durante su trayectoria. Se pueden apreciar dos personajes en la vía pública que aparecen con instrumentos musicales en su haber. Siendo fiel a su estilo, se puede apreciar un realismo extremo que permite al espectador acercarse a un imaginario que en aquella época era desconocido. En el último tercio del siglo XIX, Tapiró inspiró su arte en la realidad norte africana, por lo que acabó siendo muy famoso y reconocido a nivel internacional. Expuso sus obras en la prestigiosa galería Pall Mall de Londres, así como en el Metropolitan Museum de Nueva York, donde esta obra fue exhibida entre 1881 y 1883.