Biografia
El ambiente familiar de Ramon Pichot favoreció su dedicación al mundo artístico. Si bien sólo él se consagró a las artes plásticas, el resto de la familia estaba vinculada con el mundo musical y poético; sus hermanos Luis y Ricardo eran intérpretes de violín y violonchelo; la hermana mayor, Maria, fue la famosa cantante de ópera casada con el músico Joan Gay; y su otro cuñado era el poeta Eduard Marquina.
Con Nonell, Gual, J. Vallmitjana y Mir supo trasladar en sus aceites las primeras luces amarillentas de la "Colla del Safrà", a la vez que comenzaba a relacionarse con el grupo modernista de la década anterior. Pichot estableció los primeros contactos con este núcleo en 1898 cuando participó en la compra de la obra de Regoyos “En el mes de María” y, en noviembre del mismo año, fue el más joven portador de los Greco de Rusiñol en la tercera fiesta modernista de Sitges. Meifrén fue también uno de los entronizadores y ambos artistas, junto con Matilla, harían de Cadaqués un género del paisajismo catalán. Pichot se integró en aquellos parajes en el verano de 1898, durante el cual, con una tienda de campaña, recorrió las salvajes calas desérticas de Cap de Creus.
Pichot recogió el ambiente de Andalucía y lo plasmó en sus visiones de La España Vieja, obra paralela a la España Negra de Regoyos, que presentó primero en Madrid y después en Els Quatre Gats.
Fue asiduo exponente en los Salones de París desde 1895 (Independientes, Autogen, Beaux-Arts y un año, en 1904, en el Orientalistas) con temas concordantes con sus raíces: Cadaqués y temas de playa, Granada y su espíritu festivo y oscurantista.
El afán de Pichot le llevó a exponer en la “Libre Esthétique” de Bruselas (1902) con Anglada Camarasa y Planells, un año antes de que lo hicieran Nonell y Rusiñol. Coincidiendo con el cambio de siglo empezó a desvincularse de la "vieja" generación modernista para acercarse a la nueva vanguardia representada por Picasso. En 1900 Picasso se retrató con Utrillo, Casas, Casagemas, Germaine y Pichot a la salida de la Exposición Universal.
A finales de 1902, Picasso y Pichot expusieron, junto con Launay y Girieud, en la Galería Berthe de Weill que, junto a Vollard, era una de las más innovadoras en el París del momento. Los dos pintores decoran la taberna “Le Zut” y cuando el artista malagueño abandona París, a principios de 1903, depositó sus óleos “azul” en manos de Pichot. Esta relación se mantuvo a lo largo del tiempo. Picasso sirvió el verano de 1910 en Cadaqués, y poco antes de la primera guerra, coincidieron nuevamente en Ceret con Manolo.
En Pichot la catástrofe mundial le sirvió de tema para los dibujos presentados en las Galerías Dalmau en 1915.
Pichot es claro exponente de la generación posmodernista que adapta la tendencia estética propuesta por Gauguin: una ruptura con las normas académicas establecidas y un viaje hacia un primitivismo e ingenuidad en el proceso de investigación hacia la esencia del arte. Pichot evoluciona siempre dentro de un realismo, exceptuando unos momentos simbolistas, para llegar a una pintura espontánea y directa, tratada con una pincelada simultaneísta. Para el gusto clasificador de su tiempo fue un pintor revolucionario, y es fácil de comprenderlo y recordemos que fue integrante de la llamada “Cage aux Fauves” del Salón de Automno de 1905.
La aproximación a la obra de Ramon Pichot requiere un conocimiento del entorno en el que se desarrolló su personalidad artística de las múltiples relaciones que mantuvo, en definitiva, del mundo cultural que vivió. Partiendo de estos conocimientos podremos, a falta de estudios monográficos sistemáticos, captar la relevancia de un artista incomprendido en su época e injustamente olvidado en la nuestra.