Mariano Andreu

Mariano Andreu se consideraba un artista autodidacta, exceptuando un curso realizado en el Círculo de Sant Lluc, en la academia de arte de Francesc Galí y en la Escuela Municipal de bellas Artes de Londres, donde aprendió la técnica del esmalte. Fijó su residencia en París y desde allí trabajó la pintura de caballete y el dibujo. En 1911 expuso junto con Laura Albéniz, Ismael Smith y el pintor Néstor en el Faianç Català, exhibiendo pinturas, dibujos y esmaltes. Celebró pocas exposiciones individuales y solamente expuso en las colectivas organizadas por el Carnegie Institute. También participó en las manifestaciones de la agrupación “Les Arts i els Artistes” (1916) y en una individual en la Sala Parés (1934). En Europa la década de los años veinte se define Roaring Twenties, por el dinamismo cultural de una época considerada en muchos sentidos inigualable. En ámbito artístico el continente se sumerge en un retorno al ideal clásico del Mediterráneo. Mariano Andreu es un exponente singular de esta cultura figurativa. Su lenguaje clásico es ecléctico y se nutre de las diversas culturas del clasicismo: del simbolismo de los primeros años y de la lección de Beardsley, la influencia ineludible de Cézanne, del Art Nouveau francés, del estilo clásico que conoce en Londres, del Noucentisme catalán y de un sólido conocimiento de la historia del arte, especialmente del clasicismo y manierismo de los grandes maestros como Michelangelo, Pontormo y Perugino. Además de su faceta de pintor y dibujante se deben destacar sus ilustraciones para ediciones de bibliófilo y sus grabados: aguafuertes, xilografías, puntas secas y litografías. Triunfó plenamente en el campo de la escenografía, tanto en las decoraciones como en los diseños de figuras teatrales. En 1920 fija definitivamente su residencia en París, dedicándose al dibujo y la pintura. Expone regularmente en los salones de París y en galerías de la capital francesa, Munich, Londres, Bruselas, Barcelona, Nueva York, Los Ángeles y Buenos Aires. De 1924 a 1938 participa en los premios de pintura que otorga el Carnegie Institute de Pittsburgh (EE.UU.); en 1933 recibió una Primera Mención Honorífica de la institución. En 1945 hizo construir una casa en Biarritz, donde veraneaba y finalmente se instaló en 1964, hasta su muerte.