Víctor Fernández | 31 de agosto de 2022 | La Razón
El centenario del nacimiento del pintor, uno de los más destacados de su tiempo, no aparece entre las conmemoraciones oficiales que el Govern ha programado para el año que viene
El próximo 2 de febrero es el centenario de uno de los artistas catalanes más importantes de la segunda mitad del siglo pasado. Sin embargo, Albert Ràfols-Casamada no forma parte del listado de años conmemorativos que celebra la Generalitat. Esta semana el Govern dio a conocer cuáles serán las celebraciones que auspiciará en 2023 y mientras que se destacan nombres como Antoni Tàpies, Victoria de los Ángeles o el Rector de Vallfogona, Ràfols-Casamada queda omitido.
Fuentes del Departament de Cultura aseguraban ayer a este diario que «somos conscientes de que Albert Ràfols-Casamada ha quedado fuera, pero no es una cosa que dependa de nosotros. Se hará alguna cosa, eso seguro», aunque no hay detalles sobre cómo se recordará a un pintor e ilustrador que fue también un muy destacado poeta.
«Hay un por qué para explicar y es la memoria maltrecha de los papeles de Ràfols-Casamada que aparecieron en los Encantes, algo que podrían haber evitado la familia y las instituciones. Por otra parte, la de Ràfols es una generación estigmatizada por la sombra de Tàpies. No solo pasa con Ràfols sino con otros como Guinovart, Subirachs o Hernández Pijuan. Son artistas que no tienen representación en los museos. Han quedado en tierra de nadie», explica el galerista Artur Ramon quien lleva años trabajando con estos creadores. «Es un descuido muy fuerte. Lo que habría que hacer es una labor coordinada de revisión de este periodo porque estamos hablando de una generación que sobre todo se ha visto más en el ámbito privado que en el público, gracias a iniciativas como las de la Fundació Vila Casas», explica Ramon. El galerista admite que Ràfols también ha tenido el problema de no haber sido bien leído. «Su abstracción lírica, cercana a la de Zóbel, ha sido criticada como decorativa. No lo era. También pasa que él no fue un artista mediático y coincidió en el tiempo con Tàpies. Es muy difícil ser Salieri en la época de Mozart».
Àlex Mitrani es el responsable de repensar este periodo en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (Mnac). Para este especialista, Ràfols-Casamada «es fundamental para explicar el retorno a la modernidad». Por ello cree que hay que ir «consolidando» a los autores de este periodo, aunque esa labor «no puede hacerse rápidamente. Sí, Ràfols-Casamada se merece que se conmemore su centenario, pero es importante que haya medios para poder llevado un trabajo de base». Desde el Mnac, por ejemplo, algo se está realizando. La primera adquisición para la nueva colección fue «El balcón», un óleo de 1947 del pintor.
Desde hace tiempo, en Capellades se trabaja por revitalizar la memoria de Ràfols Casamada. Es allí donde está la sede de la fundación privada que lleva el nombre del pintor, aunque todavía no se puede ver los fondos que guardan. El secretario de la institución, Antoni Pons, reconoció que «nosotros seguimos tirando para adelante. La fundación está todavía parada, con problemas estructurales. Había un compromiso por parte de las administraciones para ayudarnos pero no hay recursos».
Pese a la delicada situación económica, la fundación ha ido trabajando y recuperando algunos de los materiales que aparecieron en los Encantes. «Lograremos un 85 por ciento de lo que se puso en venta en los Encantes, como manuscritos y croquis aunque hemos tenido que pagar cinco veces más del precio al que se puso en venta en ese momento. También se han comprado tres de los cuadros principales de Ráfols a la familia. Todo esto se suma a lo que tenemos procedente de la herencia del pintor», añade Pons quien cree que el propio Ràfols no lo puso fácil porque «era demasiado buena persona. No era alguien que levantara la voz. Ahora desde la fundación nos tenemos que poner las pilas y tenemos que nombrar a tres nuevos patronos». La fundación celebrará el centenario y no ocultan su enfado por no entrar dentro de las conmemoraciones oficiales de la Generalitat.