lavanguardia.com | 02/10/2021
La galería Artur Ramon de Barcelona presenta a seis creadoras irrepetibles de la creación textil -desde Aurèlia Muñoz a Carla Mañosas- en una muestra que reivindica la fuerza y la textura de un arte poco exhibido.
Una historia o varias para tejer y destejer. Coser y desaprender. Descoser y aprender. Marcar, medir, pespuntar y zurcir. Una muestra para abrir caminos con la aguja en mano como si fuera un machete; con un dedal calado a modo de escudo. Creación que borda laberintos y da vida a la ligereza para acabar convirtiéndola en un poemario de piezas únicas en la que el arte abraza la modestia y la artesanía se viste de grandeza.
Delicadeza. La muestra en Artur Ramon es un muestrario poético de piezas únicas en la que el arte abraza la modestia y la artesanía se viste de grandeza
Un ovillo para pensar, para desmadejar nuestra vida y yodo lo que nos gusta de ella. Hace unos meses, la galería Artur Ramon dio voz a varios ceramistas, casi todas mujeres, fascinantes y diferentes en una muestra extraordinaria que giraba (igual que el torno) moldeando no tanto la idea de la materia sino el concepto del vacío. Su belleza y su silencio.
Fue una exposición que dejó huella. Ahora, en una línea parecida, más suave, más sedosa, esta sala de exposiciones honra a varias artistas textiles (familia creativa siempre menospreciada y dejada de lado) con una serie de piezas delicadas y líricas que resitúan la creación con telas e hilos y reescriben lo que puede y debe ser el arte: emoción y calambre.
Sílvia Ventosa, conservadora del Museu del Disseny y referente que ha teorizado sin parar acerca de la trama entre artesanía, moda y arte, ha comisariado Laberints i textures, que es una muestra y también una puerta. Una vez abierta, da paso a un mundo que va ramificándose, desovillándose, fibra a fibra. Se ve perfectamente a partir del trabajo de seis artistas de varias generaciones que hilando van, hilando vienen desde hace mucho.
Sus creaciones escriben el presente y apuntan al futuro, pero se traman a partir de técnicas antiguas, el bordado, el collage, el punto, el macramé, el trabajo con o sin telar… Aurèlia Muñoz (1926-2011) es el referente internacional sin discusión del arte textil catalán, reconocida internacionalmente con obra en las colecciones permanentes del Art Institute of Chicago, o el Reina Sofía de Madrid, eleva la artesanía textil a creación única combinando múltiples técnicas..
Junto a ella, las creaciones de Marga Ximénez (1950), diseñadora, ilustradora, escultora y artífice de instalaciones que atrapan por su rotundidad. Su apuesta por técnicas innovadoras en el diseño del estampado para enhebrar un discurso feminista delante de la vida y la muerte le han valido premios y reconocimientos.
La tercera artista en liza en la galería Artur Ramon, Francesca Piñol, profesora en Escuela Massana, juega muy en serio con la combinación de texturas y colores, un poco como las creaciones de la insigne Rosemary Tröckel. Por su parte, Amparo de la Sota (1963) homenajea al viejo oficio del trapero: a partir de telas viejas construye una prenda transformada que acaba teniendo un aire abstracto.
Una mirada al pasado y al futuro.
El sexteto de artistas lo completan Pilar Sala (1942), que indaga en los senderos que ofrecen los tapices contemporáneos, y Carla Mañosas (1992), especializada en arte tejido a partir de la observación de la naturaleza. Entre ella y Muñoz hay una brecha de casi un siglo y, a la vez, un campo fructífero donde más artistas (en la mente, la magia de Magda Bolumar o Rosa Tharrats) siguen hallando laberintos donde perderse, e incluso hallarse.