En París cada año, al comienzo de la primavera, tiene lugar le Salon du Dessin, el salón de dibujo, la cita internacional para coleccionistas, museógrafos y aficionados de todo el mundo. En los últimos años, se ha dado un interés creciente por el dibujo, antiguo y moderno, y para luchar contra las falsificaciones, cada vez se solicitan más a expertos científicos para verificar su autenticidad.
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Cada mes de marzo, en la última semana, tiene lugar en París el célebre salón de dibujo.
La cita, a la que asisten especialistas de todo el mundo, es en el edificio antiguo de la Bourse, el flamante palacio Brongniart, construido en la época de Napoleón Bonaparte.
Un salón donde coleccionistas, pero también curadores de museo y aficionados buscan ver y quizás adquirir dibujos de varias épocas desde el renacimiento hasta el siglo 21, ya que hay para todos los presupuestos, desde 15 millones de euros por un dibujo de Leonardo da Vinci hasta 100 euros por un dibujo de un artista menor.
Pero debido al interés creciente por estas obras, también existen muchas falsificaciones.
¿Cómo distinguir un dibujo auténtico de una copia hecha en nuestros días?
Estas y otras preguntas de este tipo también se abordan en el coloquio científico que tiene lugar en el marco de este salón del dibujo.
La galería de Bayser
Matthieu de Bayser dirige la galería de Bayser, en París, especializada en dibujos del siglo 16 al siglo 19. También es experto en dibujos antiguos y es solicitado con frecuencia por las casas de subastas. El papel, la tinta, el trazo, son algunos de los elementos que permiten verificar si el dibujo es auténtico o no.
La galería de Bayser presenta para esta ocasión un dibujo excepcional de Cesare da Sesto(1477-1523), uno de los alumnos más célebres de Leonardo da Vinci.
Este croquis es un dibujo preparatorio para el cuadro “Salomé”, expuesto en el Museo de Historia de Arte de Viena. El boceto muestra la cabeza de Juan Bautista, dibujado con sanguina (lápiz de color rojo).
Artur Ramon Art
Otra galería presente en este salón del dibujo es la galería Artur Ramon Art de Barcelona, quien participa por novena vez en este salón.
La pieza más valiosa es un dibujo de Bartolomé Esteban Murillo, un croquis preparatorio para el cuadro “Santo Tomás de Villanueva repartiendo limosna entre los pobres”, pintado originalmente para la Iglesia de los Capuchinos de Sevilla, y hoy expuesto en el Museo de Bellas Artes de la misma ciudad. Murillo consideraba este lienzo como “mi cuadro”, es decir, su mejor cuadro.
En el croquis se puede ver la primera idea del artista y cómo luego fue evolucionando la composición hasta el lienzo final.
Entrevistados: Matthieu de Bayser, galerista en París y experto en dibujo, y Artur Ramon, galerista de Barcelona.