Mònica Faro
Maastricht (Holanda), 10 mar (EFE).- Las cinco galerías españolas que han logrado mantenerse en la feria de arte y antigüedades de Maastricht, TEFAF, conocida por su exigente comité, despliegan este año un gran abanico de piezas, desde Murillo o Romero de Torres a Tàpies, que pasa también por las joyas de época o el mueble antiguo.
La galería Colnaghi, de dueños españoles pero afincada en Londres, ha iniciado con éxito su recorrido en esta trigésimo primera edición de TEFAF, con la venta de un lienzo de Murillo (1617-1682), “La Dolorosa”, por “una suma de siete cifras”, dijeron hoy a Efe fuentes de la galería. La veterana firma de arte, fundada en 1760, ha creado gran expectación con un Julio Romero de Torres de 1912, “Las dos sendas”, premiado en Múnich un año más tarde: una mujer desnuda ataviada con su mantilla y acompañada de otras dos figuras femeninas en segundo plano, una monja y una alcahueta, bajo dos arcos que abren al fondo la vista sobre Córdoba, tierra natal del pintor.
De las 275 galerías que han accedido este año a TEFAF, cinco son españolas, la misma cifra que el año pasado, lo que los propios marchantes califican como un logro dada la dificultad de conquistar al comité de 200 expertos, conocido como “vetting“. Este se dedica a escudriñar cada pieza y valorar su calidad, autenticidad y conservación, un sistema que ha brindado al certamen gran prestigio internacional.
“Maastricht te obliga a ser mejor anticuario cada año”, afirma a Efe el galerista catalán Artur Ramón (Barcelona), que tras siete años en la categoría de dibujo entra por primera vez en el apartado de antigüedades, un espacio que le permite “mostrar todo el potencial de la galería”.
Con unas 60 piezas, entre objetos, lienzos y mobiliario, su espacio recrea un “diálogo” entre varios artistas de varias épocas desde el siglo XII al XX, en una atmósfera basada en el arte español e italiano que gira alrededor de una gran obra de Antoni Tàpies. Se trata de un lienzo, inédito en el mercado, que el artista realizó para una subasta benéfica destinada a las víctimas de las inundaciones del Vallès, en 1962, una iniciativa en la que también participaron Picasso, Dalí y Miró y que refleja “al mejor Tàpies informalista en su momento más potente”. Una terracota del catalán, de 1986, entra en diálogo con un Cristo de Burgos del siglo XIII, “un viaje en el tiempo” que se completa con un dibujo de Juan Gris, un Caracciolo y dos tablas de Felipe de Ribas de un retablo de 1635 “desmembrado durante la Guerra Civil y que fue a parar a diversas colecciones”, lo que ha permitido su conservación, apunta el galerista.
Ramón también había reservado una obra inédita de Ribera, “Filósofo”, que iba a ser una de las joyas de la feria, pero se ha vendido antes del certamen.
Con 23 años de participación en TEFAF, la veterana galería madrileña López de Aragón aterriza este año en Holanda con una gran selección de arte español e italiano, liderada por un retablo dedicado a la Virgen, San Pedro Mártir y San Marcos encargado por el gremio de zapateros de Cerdeña en 1440 a Joan Figuera. “El retablo viajó a Roma, Estados Unidos, y volvió a Europa, donde esperemos que se venda de nuevo”, explica a Efe Diego López de Aragón, tercera generación de esta familia de coleccionistas. El galerista asegura que el Barroco español “esta despegando mucho en el mercado”, especialmente en Estados Unidos, donde hay clientes muy interesados, tanto instituciones como coleccionistas privados, una tesis que defienden también otros expertos.
“El Barroco encaja mucho con el mundo actual, por su lenguaje volátil y su esencia dramática. A menudo el mercado va en función de cómo encajan las épocas con el tiempo actual”, afirma Ramón, para quien las “tendencias” solo se dan realmente en el arte contemporáneo.
Los expertos aseguran que hacer previsiones de ventas es extremadamente difícil, dado que a menudo “colocar” una pieza es cuestión de azar, y esta debe conquistar al comprador como si de un “flechazo” se tratara, con criterios subjetivos muy marcados por el gusto personal, que van más allá del valor económico de la obra.
La también madrileña Caylus, especializada en pintura española desde el Gótico hasta el siglo XIX, presume este año de mostrar una vista inédita de El Escorial, única en sus dimensiones (2 por 2,5 metros), del flamenco Louis de Caullery, valorada en 1,6 millones de euros y realizada entre 1610 y 1620. Destaca su conjunto de nueve tablas de Santos Juanes (elaboradas entre 1525 y 1530), halladas en Italia en el siglo XIX y pertenecientes a un gran retablo separado que tiene cuatro de sus piezas en el Museo del Louvre de París.
La presencia española se completa con las joyas de época de Deborah Elvira (Oropesa del Mar, Castellón), que este año apuesta por una colección colonial de colgantes como su “Cruz” del siglo XVIII elaborada en oro, esmeraldas, diamantes y perlas, a la venta por 60.000 euros.
Pese a la enorme inversión que representa estar en la feria -unos 100.000 euros de media- TEFAF supone una oportunidad para estos galeristas, en un momento en el que el mercado del arte en España se recupera aún de una grave crisis, y despliega en Maastricht hasta el 18 de marzo todos sus encantos para enamorar a coleccionistas cosmopolitas.