Eduardo Rosales

Madrid 1836 - 1873

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Biografia

Eduardo Rosales Gallinas es una de las figuras más destacadas del arte español del siglo XIX. Sobre todo, fue admirado como un pintor talentoso, original e independiente que renovó el género de la pintura histórica y cambió así significativamente el rumbo de toda la pintura española del siglo XIX, alejándola del purismo académico hacia el realismo de la obra de Velázquez. Nacido en el seno de una familia humilde madrileña, Rosales quedó huérfano a temprana edad y creció solo en la capital. Estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y en 1857 partió hacia Italia. Durante sus primeros años en Italia, Rosales se centró principalmente en el purismo nazareno, y esa influencia aún es visible en su primera obra importante, Tobías y el ángel (Madrid, Museo del Prado). Pronto se dio cuenta de que este vocabulario artístico estaba en crisis y se desplazó hacia un realismo más naturalista que lo llevó a concentrarse en representaciones de tipos italianos. Su obra de madurez, sin embargo, supuso el desarrollo de un lenguaje pictórico que renovaría la práctica artística de mediados del siglo XIX. Su familiaridad con el enfoque realista de los pintores académicos italianos y franceses de su generación fue crucial, pero el lenguaje que desarrolló para sí mismo se inspiró fuertemente en la tradición española del Siglo de Oro, especialmente en Velázquez. Reconoció la imposibilidad de ganarse la vida con la pintura histórica y comenzó a centrarse en dos géneros que casi con seguridad consideraba menores, ya que los pintaba con menos entusiasmo que sus grandes obras históricas como La muerte de Lucrecia (Madrid, Museo del Prado), expuesta en la Exposición Nacional de 1871: estos formatos eran retratos y representaciones en pequeño formato de hechos cotidianos en escenarios históricos. El género del retrato resultó fructífero ya que el artista recibió numerosos encargos de personalidades de relevancia social como el duque de Fernán Núñez, el duque de Bailén, la condesa de Vía Manuel, la marquesa de Salinas, la vizcondesa de Rías… O ilustres políticos como D. Cándido de Nocedal, D. Manuel Cortina, D. Antonio Ríos Rosas, o el eminente Dr. Don Vicente Asuero o la hija del General Serrano, Conchita Serrano, Condesa de Santovenia. Hacia el final de su vida, Rosales también se interesó cada vez más por la pintura de paisaje al aire libre, lo que le ayudó en numerosas y largas convalecencias en el puerto de Panticosa, así como en dos estancias en el sureste de España. Durante sus últimos años también realizó grandes composiciones decorativas, entre ellas dos para el palacio del marqués de Portugalete -hoy desaparecido- así como para las enjutas de la iglesia de Santo Tomás de Madrid, que representan a los cuatro evangelistas. No pudo completar este último trabajo antes de su muerte prematura.