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Biografia
Pablo Picasso (Málaga, 1881 – Mas Notre-Dame-de-Vie, Mougins, 1973) es sin duda uno de los más conocidos y provocatores artistas epañoles del siglo XX, quien dejó una huella imborrable en la historia y la estética del arte contemporaneo.
En 1891 su familia se traslada a La Coruña, y pocos años después, en 1895, a Barcelona. En su primer viaje a Madrid visita el Museo del Prado y se siente atraído por los grandes maestros con los que años más tarde establecerá un diálogo artístico. En 1896 ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando asistiendo irregularmente a clase, y allí comienza su formación artística dentro del realismo académico con Muñoz Degrain y con Moreno Carbonero.
En Barcelona se integra en la tertulia de Els Quatre Gats, participando también del ambiente simbolista arraigado en círculos avanzados barceloneses. Visita París por primera vez en 1900, a partir de ese momento alterna sus estancias entre Madrid, Barcelona y la capital francesa. Realiza una serie de obras que constituyen un corpus que será calificado más tarde como etapa azul, caracterizada por el alargamiento del canon, la utilización de gamas frías de color y el tono melancólico y ascético de las figuras. En 1904 se instala definitivamente en la ciudad del Sena.
Aproximadamente en 1904 comienza la denominada etapa rosa, en la que desarrolla composiciones con formas clásicas y colores más cálidos, en las cuales los personajes abandonan el aislamiento de la anterior fase. La amistad con los hermanos Stein a partir de 1905 le pone en contacto con un círculo muy singular de artistas y escritores, y conoce a Matisse. Frecuenta el Musée du Louvre y el de Ethnographie du Trocadéro que le atrae de una forma especial por su colección de arte primitivo y africano. La exposición de Cézanne de 1907 hace especial mella en él.
El mismo año realiza “Les demoiselles d'Avignon”, obra tradicionalmente considerada como origen del cubismo, en la que plantea una nueva relación entre volumen y espacio, figura y fondo. Pasa el verano de 1909 en Horta de Ebro y realiza vistas de sus alrededores en las que aplica una nueva forma de construir el paisaje, utilizando planos iluminados y sombreados en facetas, recurso derivado del conocimiento y reflexión de la pintura de Cézanne.
La Primera Guerra Mundial le sorprende en París, donde permanece recluido en su casa, que eventualmente comparte con Pablo Gargallo.
En 1917, a través de J. Cocteau contacta con S. Diaghilev y comienza sus proyectos de colaboración con los ballets rusos para los que realiza decorados y figurines. Con tal motivo viaja a Italia para realizar los decorados del ballet Parade con música de Satie. Visita Roma, Florencia, Nápoles y Pompeya, lo que junto al redescubrimiento de la escultura clásica tendrá enorme repercusión en sus obras futuras. A partir de su «retorno al orden», como consecuencia de su viaje a Italia, alterna dos lenguajes diferentes: sigue realizando obras cubistas, y otras de grandiosidad neoclásica.
Se interesa también por la escultura y trabaja a lo largo de 1928 en el taller de Julio González. En 1936 es nombrado director del Museo del Prado por el Gobierno de la República. La ratificación pública de su adhesión a la causa republicana se hizo expresa a través de la aceptación del nombramiento de director del Museo del Prado y de su participación en el Pabellón de la Exposición Universal de 1937 en París con el “Guernica”.
En 1954 se instala en Cannes, donde realiza sus famosas series sobre obras de los grandes maestros: Delacroix, Velázquez, Manet, Poussin. En 1960 se traslada a Mougins, donde vive y trabaja durante sus últimos años. Expone en todas las capitales importantes y su obra es reconocida universalmente. En 1963 se inaugura el Museu Picasso de Barcelona.