"Los ceramistas deben seguir atendiendo a su material, a sus técnicas de formación, al secado correcto de las piezas, a la aplicación de engobes y esmalte y al fuego, el cual siempre tiene la última palabra"
Biografia
Gustavo Pérez (Ciudad de México, 1950) elabora sus piezas, también de escultura, sobre todo desfrutando las infinitas posibilidades ofertas por el torno de alfarero. Sus estudios de ingeniería, matemáticas y filosofía, así como una inmensa y permanente pasión por la literatura y la música, son fundamentales en su quehacer.
A diferencia de la mayoría de artistas que trabajan el barro, no realiza un modelado escultórico sino un trabajo que mantiene estrecha relación con la alfarería. Aunque ha creado algunas series de piezas elaboradas mediante otras técnicas, el torno sigue siendo el eje alrededor del cual gira todo lo que produce: de la alfarería a la escultura. Su obra se apoya en un sistema simple y complejo, antiguo y moderno, mecánico y lírico: las matemáticas y la improvisación. La intuición, el sentido de la proporción, la geometría y el ritmo caracterizan las cerámicas de Gustavo Pérez.
Regresó en México en 1992 y abrió propio taller, hasta 1997, cuando se trasladó en Japón por trabajar como artista residente en el Instituto de Estudios Cerámicos de Shigaraki. Vivió tres años en París como artista invitado en la Manufactura de Sèvres, hasta 2010. A lo largo de su trayectoria de 40 años como ceramista ha expuesto en México, Estados Unidos, Europa, Japón y Corea.
Su obra tiene presencia en el Museo de Arte del Condado de los Ángeles (LACMA), el Centro Cultural de Arte Contemporáneo de Ciudad de México, el Museo de Cerámica de Westerwald, en Höhr-Grenzhausen, Alemania, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, México, y el Parque Cultural de Cerámica de Shigaraki, Japón, entre otros.
