Las piezas de cerámica son compañeras de la evolución humana, hijas de la necesidad material y de los rituales estéticos. En estos difíciles y áridos meses de pandemia, la galería Artur Ramon apuesta por la vida y presenta una excelente selección de piezas de cerámica de artistas contemporáneos afincados en Cataluña. El resultado es muy atractivo.
L’art del Buit. Ceramistes contemporanis.
La plasticitat de l’argila i l’alquímia del foc, ineludiblement subordinades a un coneixement profund de les tècniques, han fet de l’art ceràmic un mitjà d’expressió que ofereix un món infinit de possibilitats. A “l’Art del Buit”, podem veure com la ceràmica artística actual combina sense complexos l’ideal del recipient primigeni i alhora la seva desconstrucció, la bellesa i la perfecció de la ceràmica d’inspiració oriental, al costat de l’experimentació més agosarada: explorant els buits, les ombres, els límits de la matèria. (Isabel Fernández del Moral, Conservadora de la Col·lecció de Ceràmica, Museu del Disseny de Barcelona).
El planeta sigue viviendo tiempos que ya se consideraban pasados, tiempos que los países más ricos -orgullosos- habían calificado de medievales e irrepetibles. Tiempos de pandemia. Noviembre del malévolo 2020: meses de cierre social, de negrura cultural. En este interior, la perspectiva doméstica, las galerías de arte y las instituciones museísticas articulan actividades con las que continuar su vida cultural, rechazando la derrota. Lo mismo ocurre con la veterana galería de arte Artur Ramon, que pretende ofrecer un panorama de la creación cerámica actual en Cataluña: L’Art del Buit. Ceramistes contemporanis. Una buena oportunidad para conocer firmas y líneas de trabajo con un material tan antiguo, humilde y utilitario: la arcilla. Panorámica creativa que se refleja en las palabras introductorias que Isabel Fernández del Moral, Conservadora de la Colección de Cerámica del Museo del Diseño de Barcelona, tuvo a bien redactar para esta reseña.
Carme Collell. Rosa cúbica en rojo. 2002
En la exposición L’Art del Buit. Ceramistes contemporanis se encuentran piezas de 19 artistas diferentes. En un caso, mujer y marido trabajan en equipo, por lo que sus piezas están firmadas por ambos. El total de piezas se acerca a las cincuenta, lo que favorece la visión plural, la riqueza de las indagaciones y los resultados finales. Las salas de Artur Ramón están ahora ocupadas por obras que son fruto del modelado a mano, la simetría del torno, las altas temperaturas de los hornos, pinturas y barnices, y en las que los artistas trabajaron con diferentes materiales, yendo así en busca de experiencias dispares: gres, barro, porcelana, terracota. Asimismo, cada profesional tiene sus preferencias a la hora de utilizar un horno de leña o eléctrico, hornear el material una o más veces y hacer estos horneados en más o menos grados.
La cerámica es esa táctica mágica utilizada por la humanidad a lo largo del tiempo para evitar pérdidas, para anticiparse al tránsito mortal. Las piezas de arcilla se crean para que su no-ser se convierta en su razón de existir. El vacío de una ola, una silla, un cazo, han sido su esencia. El vacío como útero fértil. Cuando Henri Moore esculpió sus repetidas reclining figure, ¿estaba realmente priorizando el vientre como el eje vertebrador de la figura humana?
Emilia Requena Lledó, importante ceramista del Maresme, considera que para mi la cerámica ha sido durante muchos años un estímulo grandioso. Con un trozo de barro en las manos me sentía diferente, me olvidaba de todo lo que me rodeaba. Muchas de las piezas que acababa haciendo, las soñaba, o las pensaba al comenzar a dormir. La cerámica ha sido la forma de expresión más gratificante de mi vida.
La pandemia es la metáfora de los tiempos. La metáfora que se repite, contra la carrera tecnológica que predica la superación de cualquier etapa anterior. Hubo pandemias en la antigüedad, en la época medieval, en los tiempos modernos y más en los contemporáneos. Y el arte siempre ha respondido. En estos tiempos de cierre, de aislamiento social, como siempre, el arte es necesario para vivir. Sucedió con anterioridad y vuelve a suceder. Anteriormente las obras de Brueghel, del Bosco, entre muchos otros, exorcizaban los miedos a las muertes masivas; los versos de las Danzas de la Muerte exigían la democratización social; las vanidades barrocas. (¿Fueron las vanitas de los hermanos Santilari para su exposición Els 7 Pecats Capitals las trompetas del Apocalipsis anunciando estas realidades?). ¿Fue la película de Bergman Det sjunde inseglet (El séptimo sello. 1957) una respuesta a las bombas atómicas?
Alfareros, oficio de barro y fuego. ¿Oficio de mujeres, de hombres?
Madola. Nansa, serie 30.000 años antes de Cristo, 2016
Els artistes presenten la seva definició particular del concepte del buit, de la relació del material, l’argila, amb l’espai que conté o que l’envolta. Aquest buit és un company solenciós de la ceràmica tot al llarg de la seva història, història també de la humanitat mateixa. (…) Abraçant aquest no-res la ceràmica va permetre el desenvolupament tecnològic i social de la humanitat. (Caterina Roma, ceramista).
Como bien dice Caterina Roma, ceramista presente en la exposición con varias piezas, y la especialista Isabel Fernández del Moral, la historia de la cerámica es en gran parte la historia de la humanidad. Si no lo ha sido desde sus inicios, lo ha sido desde el Neolítico, la sedentarización que conlleva y la necesidad de almacenar productos agrícolas. Desde entonces, el trabajo de la arcilla para la obtención de utensilios domésticos, decorados o sin decorar, ha ido paralelo a los vaivenes de mujeres y hombres a lo largo de los siglos. También hay que recordar que con arcilla se hicieron muchas figuras de seres superiores a los que agradecer las cosechas o exigir mejores tiempos para la vida.
Quizás en épocas anteriores de nomadismo y trashumancia también se habían utilizado vasijas de arcilla cocida; incluso si el transporte lo desaconseja. En Asturias hasta hace poco, los vaqueros de alzada llevaban, junto con las familias y las vacas, recipientes de madera que resistían mejor los viajes trashumantes. José García Gómez, amigo de Tineo, remite a quien suscribe varios estudios y libros sobre tan particular e interesante comunidad del occidente de Asturias.
Y en el Neolítico, ¿quién empezó a fabricar vasijas de barro? ¿Mujeres u hombres? Evidentemente no hay certeza sobre el particular, pero -como señala la especialista Isabel Fernández del Moral- si fueron las mujeres las que se quedaron en las casas, ocupadas con los niños, las comidas y demás quehaceres del hogar, también parece lógico pensar que fueran las mujeres quienes iniciaron, de manera anónima, estas elaboraciones de barro en esos ambientes domésticos. El vacío de cualquier pieza que hicieran las mujeres, ¿les parecería un vientre? Un útero lleno de alimento, de riquezas. ¿Un útero fértil como el de ellas?
Caterina Roma. Vaso.
Luego, las culturas y civilizaciones del mundo antiguo pasaron a decorar las piezas e incluso a hacerlas en su mayoría decorativas. Quizás en ese momento la cerámica, ya como producto del comercio, que genera riqueza, pasó a ser mayoritariamente trabajada por hombres. Prueba de tal cambio puede ser que, de los muchos nombres conservados de alfareros griegos, todos son nombres masculinos. Y también podría suceder -como señala Fernández del Moral- que las mujeres que siguieron creando piezas de cerámica permanecieran en el anonimato intencional. Los hombres, no. ¿Hubo (y hay) un silenciamiento intencional? La historia de las mujeres sigue siendo una historia de ocultamiento.
En Galegos, una parroquia a los pies de Barcelos (Portugal), vivió Rosa Ramalho (1888-1977), conocida y extraordinaria ceramista. Rosa Ramalho nació en ese lugar de alfareros, y así aprendió el oficio. Pero luego se destacó por ser la creadora de formas y figuras que se valoran internacionalmente, y que oscilaban entre aspectos dramáticos y, por supuesto, la fantasía: demonios y santos, animales y humanos. Una de sus figuras más representativas es la cabra, una cabra que siempre comenta la autora (cuando la visitabámos en su casa de Galegos): o senhor Picasso roubou-me a cabra, acusando al pintor malagueño de copiar su creación.
Llorens Artigas o innovador.
Mi quehacer es para mí producto del amor y, también, algo religioso. He trabajado solo toda mi vida, lo que constituye un simple hecho, (…) Tengo dos herramientas: un torno de alfarero y un “kiln” u horno de leña, que mejoro cada vez que lo reconstruyo y del que casi puedo decir que es una invención mía… una invención, pero no una propiedad. (Llorens Artigas, Discurso en el Congreso Internacional de Cerámica Dartington Hall, 1952).
Volviendo a la exposición que ahora presenta la Galería Artur Ramon, cabe señalar que la mayoría de las piezas están firmadas por mujeres. Nombres como Caterina Roma, Núri Negre, Carme Collell, Isabel Barbaformosa, Penélope Vallejo, Carme Balada, Ruth Cepedano, María Bofill, entre otros, componen una pléyade de artistas de renombre que ya tienen obra depositada en el Museu del Disseny de Barcelona. ¿Significa esto que las creaciones que salen del cerebro y las manos femeninas tienen cada vez más presencia pública? Seguramente ocurren dos fenómenos: hay muchas mujeres que proyectan sus deseos creativos en el barro y cosas similares, y novedad importante, en estos tiempos se comienza a tener más sensibilidad y se procura no esconder a las mujeres artistas y sus obras. Este camino hacia la justicia para las creadoras comenzó en la década de 1970 con una pregunta “ingenua” y enojada de la historiadora del arte Linda Nochlin: Why Have There Been No Great Women Artists?
Claudi Casanovas. Oráculo (I). 2020
La exposición L’art del Buit en Artur Ramon inicia su andadura con una jarra de Josep Llorens Artigas. El ceramista Llorens Artigas es considerado el maestro innovador de la cerámica en tierras catalanas a lo largo del siglo XX. Tras muchas vueltas acabó montando su estudio, y hornos, en Gallifa, desde donde continuó su docencia. ¿Cuántos y cuántos artistas de los que ahora exponen en Artur Ramon reconocen que están en deuda con los volúmenes y formas de Artigas? Seguramente bastantes. Llorens Artigas era amigo de Joan Miró, con quien trabajaba y horneaba sus piezas de cerámica.
¿Tiene la cerámica, esa técnica antigua y utilitaria, un lugar en los tiempos venideros? Isabel Fernández del Moral responde a esta pregunta: Així, quan semblava que l’arribada de nous materials i noves tecnologies ens derivaria ineludiblement vers noves tendències molt més visuals i conceptuals, veiem de bon grat com, de la ma del nou paradigma de l’”slow art” -defensor de valors com la sostenibilitat, la recuperació de la matèria i de les tècniques artesanals tradicionals-, la creació ceràmica contemporània torna a ser un valor a l’alça en el mercat de la creativitat.¡Larga vida a la cerámica!
Para estos momentos tan “especiales”, culturalmente tristes, L’Art del Buit. Ceramistes contemporanis es una propuesta muy interesante.
Lito Caramés
O baleiro da cerámica, nexo para a estética e mais a utilidade