La presidenta del Gremi de Galeries d’Art de Catalunya llama la atención sobre el maltrato dentro del maltrato que sufren las artes visuales en Catalunya
Mònica Ramon es la directora de la galería Artur Ramon y presidenta del Gremi de Galeries d’Art de Catalunya, uno de los gremios que representa al sector de las artes visuales en la iniciativa Actua Cultura. La recién creada plataforma acaba de hacer un desesperado llamamiento a la Generalitat para que aumente la porción del presupuesto dedicada a la cultura, del 0,6% actual al 2%.
Empiezo por lo que dijo uno de los portavoces de la iniciativa, Joan Anton Maragall: que entre el 2003 y el 2019 la Generalitat destinó medio millón de euros a la adquisición de arte.
Pues mire, precisamente esta mañana he hablado de esto con Ferran Barenblit, el director del Macba. Él no lo tenía claro. Hablaba de 200.000 euros al año. En fin, al margen de los números, la cantidad de dinero que hay anualmente para comprar es muy poca. 200.000 euros al año sigue siendo poco. Esta obra de Frederic Amat, por ejemplo, cuesta 40.000 euros. Con Ferran hablábamos de que 200.000 es ridículo, insultante, y de que tendríamos que estar hablando como mínimo de 700.000. Al año. Para empezar.
¿Estamos hablando de un problema de mentalidad política?
Sin duda. Esta iniciativa parte de la base de que es indignante el trato que recibe la cultura y de que hay que cambiar la manera de pensar de los políticos. La cultura no son solo las empresas culturales, la cultura es un derecho del ciudadano. Creo que no se ha hecho suficiente hincapié en este derecho, el derecho del ciudadano a la cultura. La finalidad de Actua Cultura es que desde la política se entienda lo importante que es nuestra labor.
Decir que se sienten maltratados por la administración supongo que es quedarse corto.
Totalmente de acuerdo. Pero además hay que tener en cuenta que en este 0,6%, galerías y museos, que todos estamos en situación precaria, estamos en la cola. Ahora estamos unidos, juntos en la pelea para conseguir este 2%, pero una vez que consigamos algo más de presupuesto, de alguna forma tendremos que ver por qué las artes visuales recibimos tan poquito, comparado por ejemplo con el teatro y con las audiovisuales.
O sea, que dentro del maltrato global, hay un maltrato particular.
Póngalo en mayúscula. Las artes visuales y en particular las galerías somos siempre las últimas de la cola dentro del ICEC (Institut Català de les Empreses Culturals). Y que conste que con el ICEC la relación es buena, allí hay buena voluntad. Simplemente no tienen dinero. La verdad es que cuesta crecer, y no es porque no tengamos buenos propósitos. Es evidente que no todo puede ser dinero público, pero necesitamos el dinero público.
Dígame, ¿cómo afecta un presupuesto tan bajo al sector?
Verá, en el 2008 el presupuesto para cultura llegaba casi al 1%, y eso se traducía en una serie de subvenciones y ayudas. Algunas interesantes para el mundo de las galerías, como las subvenciones para actividades y catálogos. Esas subvenciones se eliminaron. También bajaron mucho las subvenciones para ir a ferias internacionales. Antes había cerca de un 40% que era subvencionado, y esto ahora solo llega para los que van a las ferias más elitistas. Hay tan poco dinero que solo llegan los más privilegiados.
¿Qué cambiaría en concreto un aumento del presupuesto? No digo del 2%, que seguramente tardará. ¿Qué pasaría si en los próximos presupuestos se destinara el 1%?
Yo creo que con el 1% poquito lo vamos a notar, pero supongo que al menos retornarían esas subvenciones que teníamos en el 2008. Del 2008 para aquí hemos ido a peor. Pues al menos volver a la situación del 2008. Ahora, también le diré que no es suficiente, pero llorando todos, si se consigue el 1% será un éxito. Y de todas maneras, esto es una batalla a largo plazo.
Barcelona no ha sabido aprovechar el auge europeo de los museos. ¿Eso se puede atribuir a la falta de voluntad política?
Pues sí, seguramente. En el sector hay preocupación sobre cómo darle la vuelta. En el Macba hay satisfacción porque este año han conseguido mucho público local, en torno al 50%, pero en cambio no se está consiguiendo que el turismo vaya. Y ahí está el tema. Barcelona se ve como un paraíso de sol, de gastronomía, de pasarlo bien, y es muy difícil romper con esto, porque cada ciudad la relacionas con algo. Viena: no me puedo perder un concierto. París: tengo que ir al Louvre. Barcelona tiene más fuerza con la gastronomía y otras cosas.
¿Un modelo envidiable?
No sé… ¿Francia? Francia es un punto medio, 2,5% del presupuesto, ¿no? Si llegáramos al nivel de Francia… Hay gente que me dice: por qué pedís el dos, pedid el tres y medio. Porque dos, en medio de todo el presupuesto, parece pequeño. Pero hemos considerado que pedir el dos es lo mínimo razonable, y que todo lo que sea por debajo de dos es insultante. Empezar con el dos es lo razonable, y consideramos que no estamos pidiendo ninguna barbaridad.
¿Cuál es el estado de ánimo en el sector?
Yo creo que no tenemos que ser pesimistas, porque el pesimismo se contagia. No nos haríamos ningún favor. Hay que hacer buenos proyectos. Necesitamos el respaldo de todos, del Gobierno y de todos, también de la prensa. Que los periódicos hablen más que nosotros es importante.